martes, 1 de abril de 2014

Grafología como herramienta de Orientación Vocacional

Eligiendo el camino
Una de las mayores dificultades que encontramos en el camino de la vida son las paradas continuas que hemos de ir haciendo para tomar decisiones. El camino se bifurca, se divide, tenemos que elegir y nos preguntamos ¿hacia dónde me dirijo?, ¿si tomo este camino, estaré actuando de una forma correcta?, ¿es éste el camino que realmente quiero seguir en mi vida?, ¿a qué estoy llamado en la vida? En esta última cuestión está precisamente el origen de la palabra “vocación”: del latín vocatio, que significa “llamado”.
En muchas ocasiones, las presiones sociales o económicas nos pueden llevar a elegir, no aquello que deseamos, aquello hacia lo que nos sentimos verdaderamente “llamados”, sino aquello que más nos conviene. Esto no obsta para que, cuando llegue el momento adecuado, podamos permitirnos dar rienda suelta a los sueños y deseos que dejamos atrás y a los que, por circunstancias, no tuvimos posibilidad de optar.
Y éstos son los sueños e ideales que constituyen nuestra motivación real, la elección personal de vida. Todos tenemos alguno, más o menos definido.
Durante la educación escolar, los caminos vocacionales se van dividiendo; a medida que el alumno avanza hacia cursos superiores, desde donde se vislumbra la vida universitaria y la “gran opción profesional”, hay oportunidad de elegir entre diversas ramificaciones, que van definiendo el perfil vocacional.
Algunos niños tienen claro desde pequeños cuál es su objetivo, y toman las decisiones y los caminos acordes a su meta prefijada. Otros actúan por descarte, y van tomando posiciones de la manera contraria: alejándose lo más posible de aquel objetivo que no les gusta en absoluto. Algunos, en cambio, se sitúan en territorio de nadie, pueden tener claro aquello que no les gusta y no tanto aquello que les gusta, pero pueden situarse dentro de las opciones más cercanas a vocaciones posibles que, llegado el momento, sean quizás las más adecuadas sopesando otros valores.
Es claro por tanto que, aunque a simple vista tengamos dudas y no sepamos definir lo que nos llama o lo que nos gusta, sí poseemos la cualidad de elegir y de, aún sin tener que decidir o elegir de pronto, poder ir definiendo nuestro perfil a medida que nos vamos descubriendo, que vamos madurando o que vamos quitando corazas a nuestros valores innatos, desconocidos, o conocidos pero no atendidos hasta entonces.
Grafología como herramienta de orientación vocacional
A la hora de efectuar una elección vocacional, el componente más importante que entra en acción es el conocimiento de uno mismo, y no sólo de las características psicológicas propias reconocidas o no, sino también de las aptitudes y actitudes que las complementan, y del objetivo que queremos marcarnos en la vida para poder ejercitarlas, sacarlas el máximo provecho, en beneficio de la autorrealización personal.
Nuestra escritura es capaz de reflejar la globalidad de nuestra personalidad, retratada desde el momento presente, pero capaz de desentrañar aspectos del pasado y de entrever indicios de proyección a futuro. El temperamento y la personalidad, las capacidades o aptitudes intelectuales y volitivas, las actitudes emocionales o de ánimo, así como las motivaciones hacia uno u otro objetivo vital son pautas claramente observables y valorables en un texto manuscrito. Luego, claro está, habría que ver si esos factores que la personalidad manuscrita refleja se corresponden enteramente con la elección personal, y es función del orientador poner boca arriba sobre la mesa las cartas de ambos aspectos confluyentes, y coincidentes o no, a valorar en el proceso de orientación vocacional del alumno o educando.
Concepto de “Orientación vocacional”
Proceso Abarca distintas etapas de la vida
Intervención sistemática.
Funciones:
- Función diagnóstica o de detección de necesidades.
- Función de asesoramiento y apoyo.
- Función de planificación, coordinación y organización.
- Función de evaluación.
Concepto ligado a la toma de decisiones profesionales
Integración en un contexto pedagógico
La Orientación Vocacional se entiende como un proceso de empuje, apoyo y ayuda en la toma de decisiones relativa a la vocación o proyecto profesional de vida, que generalmente se lleva a cabo en un contexto pedagógico. ¿Ciencias o Letras?
Una de las primeras etapas educativas en las que el orientador, por medio de la grafología, puede detectar indicios aptitudinales, actitudinales o motivacionales, es la fase en que el camino se bifurca hacia Ciencias o hacia Letras. Si bien es claro que lo más común es encontrar en los educandos perfiles mixtos, algunos sí presentan, ya en estas primeras etapas de decisión, diferencias motivacionales bastante claras, desde el punto de vista grafológico, hacia una u otra dirección vocacional.
Después llega el tramo universitario, un nuevo cruce de caminos en el proceso de elegir la vocación de vida. Y de cara a este nuevo escalón, el abanico de posibilidades o de opciones de elección se extiende y se amplía.
Destacar nuevamente que la complejidad de la persona humana lleva consigo la eliminación de criterios drásticos. Como ya se ha comentado, lo más normal es encontrar entre los educandos u orientados perfiles mixtos, perfiles de Ciencias con componentes de Letras y viceversa, e incluso, dentro ya de cada uno de estos bloques, perfiles mixtos en la orientación hacia unas carreras o a otras.
Sí suelen presentarse perfiles bastante evidentes por ejemplo en las áreas creativa, administrativa y comercial. Los creativos se caracterizan por su originalidad en las formas y también por el movimiento e irregularidad del escrito y la profusión en las partes altas de las letras.
 Firma de Walt Disney, prototipo de creatividad.
Por el contrario, los administrativos se caracterizan por el estatismo, la regularidad en las formas, y un mayor remarque de la zona media. En el extremo opuesto, los comerciales, típicos por su agilidad y dinamismo, y por la inclinación de sus letras a derechas, casi anulando el margen.
También se pueden diferenciar claramente aquellos perfiles cuya vocación se orienta hacia personas de aquellos más orientados a máquinas o a datos. Aspectos tal contrapuestos como la subordinación y el liderazgo, la introversión y extraversión, y otras muchas características más dentro del gran compendio psicológico que comprende el ser humano.
El manuscrito pues, se convierte en un documento enormemente revelador en manos expertas de
orientadores-grafólogos.
A la hora de diseñar planes de carrera, y ante el abanico de diversidad que se despliega ante orientador y orientado, a la hora de decidir por una u otra vocación, la grafología, por las pinceladas aquí expuestas y por muchísimas otras, se presenta como una herramienta útil y fiable. El análisis de escrituras es una cuestión basada esencialmente en la práctica, en el ojo clínico que se va desarrollando y despertando más y más, a medida que se van observando y comparando unos escritos con otros. Esto conduce a deducir que el orientador-grafólogo experto cuenta con la ventaja de la agilidad que puede aportar a su proceso de orientación, ya que con un simple vistazo al manuscrito en sus manos, obtendrá un flash clave y general de hacia dónde comenzar a dirigir sus pasos, y sobre el que seguir indagando para descubrir lo más sorprendente y valioso del presente y futuro del alma humana que le ocupa. Una labor ciertamente fascinante y enriquecedora para ambas partes implicadas.
Sandra Mª Cerro Grafóloga y Perito calígrafo

http://www.sandracerro.com/files/Articulos/artic-pedagogia/Grafo_OV.pdf