Es un
hecho curioso que sea la grafología una de las materias más
controvertidas,
tan generadora de escepticismo y provocadora de tantos
amores
como odios. La raíz es, sin lugar a dudas, el desconocimiento, y esa
tendencia
maliciosa a identificar esta técnica con las mancias y las
pseudociencias,
sin entrar siquiera a conocer y analizar sus verdades. Pero lo
cierto
es que la grafología se está abriendo cada vez más puertas, y no sólo en
el
ámbito empresarial que ahora analizamos, sino en un amplio abanico de
aplicaciones
con demostrables resultados.
En el
ámbito concreto de la empresa actual, cambiante, que pugna por
desligarse
de los valores tradicionales y rígidos de antaño, para comenzar a
priorizar
a las personas frente a la cuenta de resultados, y que aspira a
rodearse
solamente de los mejores y más adecuados empleados, el
conocimiento
profundo de los recursos humanos adquiere un especial
protagonismo.
La
técnica grafológica como herramienta utilísima dentro de la selección,
gestión,
y desarrollo de personas dentro de la empresa, se basa en la inmersión
profunda
que el estudio grafológico puede hacer dentro del océano de la
personalidad
humana, para poder descubrir toda su riqueza, en forma de
cualidades,
capacidades, actitudes, motivaciones, inquietudes, anhelos,
proyectos,
potenciales y, por encima de todo, el nunca suficientemente
valorado
talento humano.
“Creo
que la grafología es una herramienta útil para la selección y gestión del
talento,
y lo he comprobado, sobre todo a un nivel de análisis de personalidad
en
profundidad. A mí me parece una fuente de diagnóstico y de información
más, no
exclusiva, pero que aporta consideraciones valiosas y que apoyan y
soportan
otras evidencias y otras fuentes de análisis.”
(Emilio
Solís, Director General de Human Talent Factory)
La
prueba grafológica permite, como afirman los expertos, un conocimiento
profundo
de la persona, sobre todo a nivel inconsciente, que otras pruebas
psicológicas
no son capaces de aportar. Hay que tener en cuenta que, a
diferencia
de otros test, cuando la persona escribe está vertiendo la proyección
de sí
mismo en el papel; es una prueba directa, espontánea, donde se
encuentran
a solas interactuando el escribiente, el papel y el útil escriptor. En
cambio,
en los tests psicológicos, el candidato tan sólo está aportando una cruz
como
opción de respuesta a unas preguntas diseñadas por otros, aportando al
resultado
factores más conscientes que inconscientes.
Sin
duda, es una prueba infalible como filtro inicial, ante una avalancha
numerosa
de solicitudes en forma de cartas de presentación manuscritas. El
grafólogo
es capaz de clasificar con agilidad las cartas en tres grupos,
descartando
a los absolutamente descartables, dando una oportunidad a los
posibles,
y seleccionando a los mejores y más adecuados, no sólo por su valía
global,
sino también por su mejor adaptación al puesto que se esté intentando
cubrir.
La base de este filtro inicial es, sin lugar a dudas, el nivel de integridad
del
candidato.
La
característica principal es la agilidad para resolver, con un vistazo
infalible,
lo que
sólo se conseguiría con una amplia y costosa batería de tests.
Otra de
sus ventajas es que, para realizar la prueba, no es necesario que la
persona
esté presente, lo que ahorra costes a la empresa. Generalmente, se
pide al
candidato que aporte una carta de presentación o breve biografía
manuscrita,
en su solicitud junto con el currículum vitae; así pasaría o no el
filtro
inicial sin necesidad de su presencia, aunque, en ocasiones, pueda solicitar
una
intervención del aspirante con una nueva prueba grafológica a posteriori, y
ya
iniciado el proceso selectivo, con el fin de apoyar y dar soporte a otras
pruebas,
o bien para aclarar puntos dudosos o conflictivos.
“Todas
las pruebas suman, ninguna resta. Es cuestión del tiempo que quieras
invertir
en el proceso de selección, y de escoger las pruebas adecuadas para
cada
tipo de candidato. La grafología para mí es una prueba absolutamente
válida
como puede ser cualquier otra”
(Miguel
Portillo, Michael Page Executive Search)
Pero no
sólo en selección de personal se aplica la grafología en el ámbito
empresarial.
Hay otras aplicaciones utilísimas que, si todos los departamentos
de
Recursos Humanos pudieran y quisieran aplicarlas, otro gallo nos cantaría a
todos,
ya que esto no sólo aportaría beneficio y rentabilidad a las empresas,
sino que
también las humanizarías.
Ser conscientes
de los currícula de los empleados es tarea primordial, pero por
todos es
sabido que el currículo se engorda y, en el peor de los casos, puede
incluso
engañar; y eso no sucede con la personalidad que se plasma en la
impronta
de una carta de presentación manuscrita. Muchas empresas las piden
a la
hora de seleccionar candidatos, y hacen bien, porque constituyen prueba
irrefutable
de las aptitudes, actitudes, potenciales y motivaciones del capital
humano
de la empresa. Con este material manuscrito, y con un cuidado manejo
del
mismo, se podrían realizar estudios de motivación del personal y orientación
profesional,
procesos eficaces para la gestión del talento, y diseño de equipos
de
trabajo con máximo rendimiento, basados en análisis grafológicos de
personalidad
individuales y también en estudios de compaginación de
caracteres
dentro del grupo.
En
definitiva, la grafología, bien conocida y aplicada, con su abanico de
posibilidades,
puede aportar a la empresa un valor añadido, a través de un
mayor y
mejor conocimiento de la personalidad y del talento humano que la
compone
y que constituye, sin lugar a dudas, la base de su impulso,
proyección,
competitividad y crecimiento.
Sandra
Mª Cerro
Grafóloga
y Perito calígrafo
www.sandracerro.com
http://www.sandracerro.com/articulos/articulos-de-grafologia-y-rrhh/
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